miércoles, 2 de enero de 2008

Feliz 2008 (pongan ustedes la rima)

Este año me he negado a mandar mensajes de felicitación navideña o anual. No por lo que ganan las compañías de telefonía sino porque estoy sin un duro y sin ingenio para sms. Así que en lugar de mandar un mensaje masivo, impersonal y con algún que otro chiste fácil, me he decantado por no hacer nada más que comer, folgar, beber y dedicarme a la lectura, la trilotgía de El Padrino (pensé que lo había superado) y los regalos. Todo muy divertido.

A mí me gusta la Navidad, qué le vamos a hacer. Me lo paso en grande al reunirme con mi familia y escuchar las anécdotas del año. Imito un rato a Papuchi, llamo a la ambulancia para que asistan de oxígeno a mi tío Ángel y termino discutiendo de política con mi abuelo (sí, es una pérdida de tiempo, pero y qué no lo es). Me gusta el rollo ese de los regalos, el esperar a Papa Noel, pensar que los Reyes Magos existen y comer cordero asado aunque en el fondo lo aborrezca. Son costumbres. La tradición es la ilusión de lo permanente, dijo un judío que hacía un cine cojonudo hasta hace unos diez años. Seguramente sea cierto, pero me divierte.

El año 2007 no estuvo mal. Viajé bastante, conocí gente curiosa, me desligué definitivamente de la Ecam, no fui a la facultad, atravesé un tumultuoso período sentimental, reí, lloré, saqué a la perra y para finalizar tomé las doce uvas. Un deseo por cada una, como manda la tradición. Con que se cumpla el cincuenta por ciento, me doy con un canto en los dientes.
En cuanto al 2008 pues... yo qué sé. De momento empiezo con sobresaliente. El día cinco me voy para Cuba, ese pedazo de la tierra prometida en el que me siento como pez en el agua. Allí es fácil hasta escribir, allí es fácil hasta vivir.


Luego volveré a Madrid y me helaré de frío, votaré en las elecciones a algún partido marginal de extrema izquierda (Llamazares no, gracias), buscaré trabajo, saldré y beberé gim tonic, reiré, lloraré, sacaré a la perra y transcurridos doce meses, tomaré las doce uvas, una por mes como manda la tradición. Y después el 2009. Sólo le pido que empiece con Cuba. Ya lo sé, es demasiado pero al carajo, por pedir que no quede.

Por cierto: Feliz 2008 para todos y cada uno de vosotros. Nos vemos en los bares.

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