sábado, 27 de diciembre de 2008

¿Nostalgia?

Hace mucho que no escribo aquí, quizá demasiado. En ocasiones me pregunto si no es un poco absurdo tener un blog que no actualizo con la debida frecuencia; otras veces, me planteo simplemente la necesidad de tener un blog; las más, no pienso en La puta y el trapecista.
El año llega a su fin, las calles son invadidas por dulzonas luces navideñas, hace frío, se habla de la crisis, se cena pavo, embutido y marisco, se brinda con champán y cómo no, se elabora esa vieja lista: la de los nuevos propósitos que traerá consigo el año nuevo.
Yo caigo también en eso, como casi todos. Es posible que en el 2009 escriba más aquí, pero como por el momento no tengo internet en casa, pues no me veo capaz de prometerlo. De todas formas... a quién le importa, digo yo.


El caso es que pasada la medianoche me he situado frente al ordenador y como no se me ocurría nada mejor que hacer, me he puesto a escribir estas líneas como quien no quiere la cosa, como un modo distraído y relajado de echar el rato. Debe de ser que me sobra el tiempo en este parón navideño. Debe de ser que antes actualizaba más el blog porque la Navidad duraba todo el año, porque el tiempo me sobraba todo el tiempo (valga la redundancia). Debe de ser que antes era antes...
No soy un tipo que se incline fácilmente por la nostalgia, más bien al contrario...
Y sin embargo, ahora me doy cuenta de que echo de menos tener tiempo, no hacer nada, dejar pasar la vida dulcemente entre un libro, una película o un daiquirí fresquito con su playa y su hamaca en Varadero. Como dice un buen amigo mío, igual es que me estoy haciendo mayor. Qué horror.
Bah, menos llanto y más acción. Me voy a leer un libro. Feliz año nuevo y esas cosas.